El país rural colombiano
Ensayo de interpretación
DOI:
https://doi.org/10.22380/2539472X.1779Palabras clave:
país ruralResumen
Pese al ritmo creciente de industrialización urbana, Colombia continúa teniendo el mayor número de su población asentada en el campo. Esta población, que asciende en cifras al 61,3% del total, reúne, desde el punto de vista de la cultura, características propias. Sus patrones de comportamiento, donde el agro no ha evolucionado, pertenecen al pasado y se arraigan vigorosamente. Lo demuestran las ciudades que en los últimos tiempos han atraído o refugiado al campesino, y, concretamente, los barrios donde se concentran las células más numerosas y homogéneas de recién llegados, que mantienen por largo tiempo el dominio cultural del campo.
He previsto en este ensayo el amplio horizonte del mundo cultural rural. Las numerosas variantes regionales que a primera vista se reconocen. Pero también, que a medida que se profundiza, se encuentra un conjunto de directrices homogéneas, que estructuran y sirven de marco a la aparente heterogeneidad de los valores.
Este ensayo tiene una menor validez para el litoral norteño. Encaja mejor dentro del núcleo patrio constituído por Cundinamarca, Cauca, Nariño, Huila, Boyacá, los dos Santanderes y el Chocó. En estas secciones políticas los procesos históricos, los fenómenos de producción, técnica y creencias (si exceptuamos en algunos casos al Chocó) constituyen un todo bastante homogéneo. En las regiones restantes, Antioquia, Caldas, Valle y parte del Tolima, las transformaciones de que son objeto, sensibles en el campo de la economía, y concomitantemente en el mundo complejo de las valoraciones, crean situaciones muy diversificadas en el agro.
Diseñar estas órbitas en ocasiones antagónicas, encontrar los denominadores comunes de la cultura y señalar las valoraciones básicas del mundo campesino, es la intención de este ensayo. Por esto he seleccionado entre tántas posibilidades, los problemas de la educación, la higiene y la tierra.